Triángulo de Amor Bizarro, Miss Caffeina, Supersubmarina y Dorian en el primer día del Ojeando 2011

Miss Caffeina - Silvia Tinoco

El primer fin de semana de julio está reservado en el calendario desde hace ya seis ediciones para el Ojeando Festival. La villa de Ojén, en la provincia de Málaga, se ha ido convirtiendo año tras año en un referente de la música independiente, entre otras cosas, por el buen lugar en el que se desarrolla el festival, por los nombres que han pisado ya sus escenarios y también porque es gratis, todo hay que decirlo.

De los tres días de música que nos ofrece el Ojeando Festival, ayer acudimos a la primera jornada. ¿El cartel? Miss Caffeina, Triángulo de Amor Bizarro, Supersubmarina y Dorian. Pero antes de la cita de las 11 de la noche en el Escenario Patio para ver a estos cuatro grandes, la fiesta ya había empezado. A las 7 de la tarde, los pasacalles inauguraban el festival y The Inks, Contrato Temporal y Three Alien Cats eran los primeros en ponerle música en el escenario Plaza, donde nos encontramos entre el público con Jose “Chino”, voz de Supersubmarina y a los chicos de Miss Caffeína.

Aurora, The Talkatives, Sasi and The Cachemirs, Dj Xsed y Ezequiel Martín Deejay hicieron suyo el precioso Escenario Cuevas a la misma hora, las 9 y media de la noche. Pero había que ir pillando sitio en el escenario Patio, así que no pudimos disfrutar mucho de ellos. Media hora antes del comienzo del concierto el ambiente parecía bastante calmado, lo que nos ayudó a hacernos con un hueco en la primera fila. Pero, pocos minutos después, el patio del colegio -de ahí el nombre de escenario Patio- fue tomando ambiente y a las 11 en punto Miss Caffeína no hizo esperar más al público.

Arropado por los primeros acordes de Ley de gravitación universal, Alberto Jiménez, voz de Miss Caffeína, salía al escenario, esta vez sin antifaz, despertando los gritos de las primeras filas. Capitán, Ley de imposibilidad del fenómeno, Mecánica espiral, 3000, N=1, La guerra… la banda lo dio todo y sus fans estaban encantados (¡hasta hubo una versión del Qué sabe nadie de Raphael!). Pero la euforia estalló al final, con Cabaret, cuando Alberto bajó del escenario a bailar el estribillo rodeado del público. Increíbles y cargados de energía, como siempre, los Caffeína.

Pausa para tomar aliento y para ver cómo Triángulo de Amor Bizarro probaban un poco los instrumentos antes de empezar. Menuda fuerza tienen los gallegos. Isabel Cea habló en nombre de la banda y comentó que estaban encantados de volver a Ojén porque les gusta mucho el lugar y el festival. Después, demostraron por qué son el grupo más premiado en la pasada edición de los Premios de la Música Independiente y fueron desgranando poco a poco algunos de los temas de Año Santo y otros anteriores como su genial El himno de la bala.

Cuando le tocó el turno a Supersubmarina, el público que había en el recinto iba más allá de lo que alcanzaba la vista desde la primera fila. Imposible mirar atrás entre tanta gente. Los de Baeza repitieron el éxito obtenido con su última visita a Málaga y lo agradecieron tocando lo mejor de su repertorio y también algunos temas de su nuevo EP: Ana, El encuentro, Supersubmarina… El grupo parecía que no quería marcharse, varias veces dijo su cantante eso de “la última”, pero Ojén siempre quería “otra, otra”. Al final se despidieron a lo grande con temas como XXI y Cientocero y dieron las gracias a la organización.

Con Dorian, aquello ya era un festival en toda regla. Sus seguidores no se despegaban de la primera fila, pero el resto del patio no lo estaba pasando mal ni mucho menos. Y es que a las 3 de la madrugada, con alguna que otra copa, aquello empezó a tener aires de pista de baile. El electro-indie de los catalanes hizo gritar, saltar y bailar a todos los que estaban allí, sin importar que el resto del pueblo estaba durmiendo ya. Desde luego fue el broche que oro a una noche larga pero intensa. Y el sábado noche más, porque nos esperaban Nacho Vegas, Pony Bravo, El País Musicano y Sexy Sadie. Así es el Festival Ojeando.

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Información y fotografía: Silvia Tinoco
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