El Parque de atracciones de Pasajero, una montaña rusa
¿Sabes esa sensación de estar esperando algo mucho tiempo, que por fin llegue y pasarte todo lo que dure como en un nube? Eso me pasó el viernes con el concierto de Pasajero en Málaga.
Pasajero @ Silvia Tinoco |
Desde que descubrí que venían, me las vi y deseé para conseguir mi entrada, no por nada, sino porque la venta online me odia. El mismo viernes estaba de los nervios de la emoción. Y durante el concierto vivía una especie de éxtasis constante que a punto me tuvo de las lágrimas toda la noche. Seguro que más de uno pensará que soy una exagerada, pero si alguna vez, pero si alguna vez has sentido esa pasión y ganas por algo, entenderás de qué hablo.
Es lo que ocurre con la negación constante de la gratificación, la construcción de la anticipación o como lo llamen los entendidos. El caso es que llevaba esperando ver a Pasajero en directo desde que en 2013 organicé un concierto suyo en Sevilla al que no pude asistir. Y nada como que te pongan un caramelo delante y te lo quiten para quererlo con más ganas porque, para rematar, cuando visitaron Málaga yo tenía que estar en otra parte. Creía que el destino iba a seguir castigándome cuando llegué a la puerta de la sala rogando que hubiera entradas y…
Cámara en mano, primera fila y "Oh, Dios mío, ¡qué despacio pasa el tiempo!"
Tras la apertura de los malagueños Animal Sex Six, muy cañeros y con una chica en sus filas como bajista, que siempre es de agradecer la presencia femenina en las bandas, pasadas las 23.30 llegaban Pasajero gritando Perdóname y el público se lo dio todo. Un comienzo que parecía tímido pero que no hacía más que abrir la puerta al viaje que prometía el cuarteto y esto no era más que la subida de su montaña rusa de emociones. Muy propio, ya que venían a presentar su Parque de atracciones.
Tras Protégelo, Volverme a preguntar y Hoja en blanco llegó el primer loop de este paseo con el binomio Parque de atracciones/Intocables. Ese vértigo de la subida que se me agarraba en el estómago escuchando "Arrástrame, ya no puedo esperarte más…" y todo estalló con el grito revolucionario "No soy vuestro esclavo, no sois nuestros dueños".
Gente subterránea no bajó el listón ni mucho menos porque hay que ver cómo se las gastan en directo Daniel Arias y compañía: arreglos de teclado que no podrían faltar, un protagonismo de guitarra que estremece, unos golpes de batería que tienen que hacer perder varios quilos por concierto a Josechu y esa arma arrojadiza directa al corazón que es la voz de Daniel.
En el ecuador del viaje, La Copia de otra Copia y Borro mi nombre provocaron la segunda gran sacudida de la noche. Y con Autoconversación demostramos estar vivos y dejamos hasta nuestro último aliento con el temblor en la voz por divisar el final del trayecto… "Y lo demás no importa, y lo demás no importa", sólo atesorar el momento.
Pasajero @ Silvia Tinoco |
Un "Muchas gracias, chicos. Nos vamos" anunciaba el final. O eso intentó la banda porque el público no hacía más que pedir otra y otra cada vez que parecía hacerse el silencio. ¿Por qué lo bueno tiene que durar tan poco? Ya no había ni repertorio, pero las ganas eran tantas que Pasajero se lanzó con Las llaves invisibles como cierre ya irremediable. En el aire queda esa promesa de "Volveremos" y yo también volveré. Espero que sea pronto...
Playlist del concierto:
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