"Eleanor Oliphant está perfectamente" de Gail Honeyman

Foto de Roca Editorial

Empecé a curiosear este libro cuando apareció en inglés porque una amiga que trabaja en una librería en Reino Unido lo recomendaba en su canal de Youtube. Entonces me llamaba la atención el personaje. No sé por qué pero me atraen esos personajes con pocas o nulas habilidades sociales. Me gustó mucho El curioso incidente del perro a medianoche, El proyecto esposa, El jardín de Sonoko... Todas ellas, novelas protagonizadas por personajes con este tipo de características. Y es que me gusta ver cómo es su vida, siempre cuadriculada, y cómo son capaces de evolucionar. A lo mejor es que tengo algo de esa incapacidad social.

Cuando el libro salió en español empecé a leer todo tipo de críticas. Mientras que la prensa y los entendidos se deshacen en halagos hacia su autora y su forma de escribir, ha habido lectores a los que no les ha gustado tanto. Las opiniones contradictorias despiertan aún más mi curiosidad, así que cuando OhLibro! nos planteó en el reto de mayo elegir un libro recomendado, acabé decidiéndome.

Eleanor Oliphant es una joven que, tras quedar huérfana y crecer en hogares de acogida, ha conseguido ir a la universidad, independizarse y tener un trabajo con el que cumple sin problemas, pero sin implicarse más de lo necesario en la vida de la oficina. De lunes a viernes se encarga de la contabilidad de la empresa, todos los miércoles habla con su madre por teléfono y cuando llega el fin de semana se compra unas botellas de vodka y se pasa los dos días bebiendo y durmiendo hasta el lunes siguiente, que todo vuelve a empezar. Hasta que un día tiene un problema informático y Raymond acude en su ayuda.

Al principio puede parecer una novela ligera, simpática... En la que ves cómo la relación de Eleanor con el mundo va evolucionando y poco a poco va sintiéndose más humana. Pero no es tan divertida como la han pintado los críticos: es tierna, conmovedora, pero también ácida, triste, algo oscura... Y es que Eleanor es así por alguna razón y cuando ocurre algo que desencadena todo lo que tenía encerrado en su interior es cuando creo que la historia se pone más interesante, porque hasta entonces es como si hubiese estado viviendo en piloto automático: hacía lo que tenía que hacer cada día sin implicarse más de la cuenta y así día tras día.

¿No vamos todos un poco así por la vida a veces? Actualmente, todo va demasiado deprisa y si estamos instalados en una rutina, los días se nos pasan volando porque parece que hacemos los mismo un día y otro día... Si no sintiéramos algo parecido supongo que no proliferarían los talleres de mindfulness, atención plena y todas estas cosas, ¿no? Tenemos que echar el freno y ser más conscientes de nuestro alrededor para disfrutarlo. Y eso es lo que hace Eleanor:

"Iba acostumbrándome paulatinamente a sentir la paleta de emociones humanas a mi disposición, a su intensidad, y a la agilidad con la que pueden cambiar. Hasta ahora, cada vez que las emociones o los sentimientos amenazaban con desequilibrarme, me las bebía rápidamente, las bajaba sin más y eso me había permitido existir. Pero empezaba a comprender que necesitaba y quería algo más. Bajé la basura y cuando volví al piso noté que olía a limón. Fue un gusto entrar. Comprendí que no suelo prestar atención a lo que me rodea [...] cuando te tomas un momento para ver lo que te rodea, fijarte en las cosas pequeñas, te sientes más... ligera".

Y creo que poco más puedo contar sin desvelar toda la trama. Lo he pasado bien con esta lectura; lo empecé con muchas ganas, luego ha tenido sus momentos bajos, pero ha remontado en la última parte porque me ha gustado ese análisis y evolución que hace y tiene el personaje. ¿Eleanor Oliphant está perfectamente? Sí, como todos o eso es lo que intentamos aparentar en Facebook, Instagram... Para quien esté cansado del postureo y se atreva a cuestionarse su felicidad, que lea esta historia.