"Hope" de Wendy Davies, un homenaje a los cuentos

Wendy Davies


Tuve un flechazo con este libro (lo he recomendado incluso antes de terminar de leerlo). Vale, sí, lo elegí primero por la portada. Pero eso es porque intuía el contenido. Soy muy fan de autores de Mathias Malzieu y "La mecánica del corazón" y la portada de "Hope" me recordó a ese libro y me hizo pensar en que quizás dentro había otro cuento maravilloso. La sinopsis daba alguna pista...

Hope es una niña que aparentemente no tiene ningún problema de oído pero que, sin embargo, no puede escuchar las palabras. ¿Es sorda? Eso se preguntan todos los que la señalan, hasta que un día da con alguien a quien sí puede oír. De infancia difícil, Hope encuentra refugio y palabras en Serendipity, un viejo teatro, en Joseph, su taquillero, y en Wave... Con ellos vive la dura aventura de crecer teniendo una particularidad como la suya, cosa que le hace pensar si hay algo que no funciona bien en ella, aunque nunca pierda la esperanza por encontrar una explicación. Su personalidad positiva y soñadora, los libros y su capacidad para contar historias la ayudan a salir adelante.

Un bonito homenaje a los cuentos, de hecho el libro está lleno de referencias a ellos, algunas más sutiles que otras, que te hace recuperar la ilusión. Tampoco le faltan pasajes dignos de recordar: momentos bonitos, lecciones, reflexiones... Una te puede parecer cursi, pero cuando puedes encajar tanta sabiduría en una trama, aparentemente infantil y de cuento, y que quede tan bonita, plasmando todo de forma tan poética, estamos ante todo un ejercicio de habilidad narrativa.

También es verdad que la actitud con la que el lector aborde la lectura influye mucho en su experiencia. Personalmente me encantan estos cuentos y me he tropezado con él en un momento de reflexión en mi vida donde parece que toda esa sabiduría es para mi, como esas canciones que creemos que siempre hablan de nosotros. "Hope" me ha hablado en su forma y en su fondo, me ha sacado una sonrisa y emocionado casi hasta las lágrimas un par de veces. Así lo gritan todos los marcadores que he puesto en sus páginas. Y es que ¿quién no marcaría un pasaje con tanto significado como éste?:

– Si tallase cincuenta elefantes idénticos con sus trompas y después tallase uno sin ella, ¿pensarías que está roto?
– Sí.
– ¿Por qué?
– Porque no tiene trompa.
– ¿Y qué?
– Que los demás sí tienen.
– ¿Y qué?
– No puede ser un elefante si no tiene trompa.
– ¿Y eso quién lo dice?
– Todo el mundo.
– Todo el mundo se equivoca. Puede ser un elefante o puede no serlo.
– ¿Y qué es?
– No lo sé. Que no tengas una palabra para algo no quiere decir que no exista. Lo único que significa es que debes seguir buscando y si no encuentras una palabra, puedes crearla.

Pues así todo el libro. A lo largo de sus páginas, su protagonista crece, evoluciona, se lleva sus alegrías y desengaños, conoce a personas que nunca creía que la entenderían y la querrían tal y como es... Hope es la cabeza de una galería de personajes, cada uno con sus luces pero también sus sombras, que hacen más entreñable la historia y más reseñable su mensaje. Porque nuestra relación con los demás también da forma a quienes somos, pero nadie dijo que el camino fuera fácil, claro.

Todos hemos sido Hope alguna vez, ¿no? Hemos tenido miedo de ser diferentes, de relacionarnos con los demás por cómo nos aceptarían y nos hemos encontrado perdidos y con problemas, hasta que hemos descubierto que los demás también tienen los suyos, sus inseguridades y miedos. Y eso nos ha hecho sentir un poco más comprendidos, menos solos, además de ayudarnos a relativizar nuestra situación. Sólo tenemos que pararnos a escuchar, con palabras o sin ellas.

No quiero contar demasiado sobre la trama porque lo maravilloso del libro es descubrirlo, conocer la historia de Hope, recorrer con ella el camino, conocer a quienes la rodean, subrayar vuestras propias frases favoritas y encontrar por vosotros mismos las referencias literarias. Así, leerlo también será parte de la aventura. Para mi será una de esas novelas a las que vuelva de vez en cuando porque creo que los adultos también podemos encontrar consuelo en los cuentos. Pocas veces el refranero fue más sabio: "La esperanza es lo último que se pierde"  y "Hope" te la devuelve.


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