Cuando el final es el principio: Vuelve Albert Espinosa

"Finales que merecen una historia" es el título del último libro de Albert Espinosa, que hace que eso de escribir parezca fácil por la rapidez con la que publica. Claro que él tiene la suerte de haber creado un universo propio y es en su interior donde se mueven y desarrollan sus historias. Y si además has tenido una vida tan intensa como la suya, ¿qué más inspiración necesita uno que la realidad?

En esta ocasión nos encontramos con una colección de 20 relatos, una veintena de finales que necesitaban una historia a la altura y en la que se incluyen dos muy personales. Cada uno de ellos viene precedido por una preciosa ilustración de estilo cartel cinematográfico y un par de citas, pedacitos de sabiduría, que los completan, haciendo que el continente resulte tan atractivo como el contenido.

Porque ya sabemos que Albert Espinosa no escribe sin más, sino que relativiza su cruda experiencia de vida y la convierte en una historia capaz de ayudar a los demás desde la más absoluta humildad. Personalmente, a mi me lo parece, por eso me gusta tanto. No me atraen nada los libros de autoayuda, del poder de la atracción o el constante "happy power" del corte de Mr. Wonderful. Los de autoayuda quieren impartir lecciones, los del poder de la atracción no me los creo y de la vida siempre de color de rosa me canso.

Sin embargo, el día que decidí intentarlo con Albert Espinosa –porque tengo amigas muy fans que te bombardean con todos sus libros– se me rompieron los esquemas. Él no impone, vende o te tiñe nada de rosa, sino que te invita a entrar en su mundo, a descubrir, a limpiar la mirada y cambiar la perspectiva con la que enfocamos muchas cosas de la vida que creemos importantes. Y lo consigue de forma humilde, cercana, amena, didáctica e interactiva según el libro y muy original. Y quizás me esté dejando llevar porque en parte es responsable de mi filosofía de vida, pero me maravilla lo que es capaz de transmitir.

Todo esto se plasma también en "Finales que merecen una historia" porque en sus 20 relatos encontramos personajes que nos hablan de decepción, de miedo, de aceptación, pero sobre todo de superación. Algunas de esas historias son entrañables, tiernas, y otras resultan inquietantes o curiosas. Me han encantado imágenes como el árbol del que florecen notas o el concepto de leer corazones como hace el protagonistas de "El espabilado que leía los subtítulos de los corazones" o el de la inmortalidad de "El mañana siempre fue ayer". 

Además, y como es costumbre en su literatura, Espinosa nos deja un buen puñado de frases para marcar, coleccionar y reflexionar: "La moral es el gusto colectivo", "Al final debes decidir si quieres tener la razón o la paz mental", "Siempre que cuentas un secreto generas otro más", "Cuando dejas de aspirar comienzas a respirar"...

Una maravilla más para sus seguidores y una buena forma de acercarse a él si todavía no lo habéis hecho. Podéis sentiros como El Principito explorando un planeta nuevo con sus ojos de niño porque creo que Albert también conserva al suyo en su interior. Por eso, además de a leer, nos invita a encontrar las conexiones entre unas y otras historias, porque cada relato tiene su pareja. ¡A jugar!


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