"Cambiar de idea" de Aixa de la Cruz


Mi Rey Mago me regaló este año "Cambiar de idea" de Aixa de la Cruz. Me tropecé con su libro por Goodreads, se despertó mi curiosidad con esa cita que dice "Mi propio y escasísimo caché como mujer que escribe se ha desmoronado desde que dejé de escribir como los chicos" y lo añadí a la lista de "Quiero leer". La Navidad hizo el resto y lo colocó debajo de mi árbol.

Aixa de la Cruz


"Cambiar de idea" son las confesiones de Aixa de la Cruz. En ellas nos relata algunos episodios significativos de su vida, como sus experiencias con drogas y chicas, lo que es crecer sin un padre biológico y la relación con su madre, la elaboración de su tesis, su divorcio... Hasta que "redescubre" el feminismo y eso le hace revisar de alguna manera esas vivencias, cambiar la perspectiva y, en definitiva, cambiar de idea.

Que un día cambies de idea con respecto a algo parece que nos crucifica a ojos de los demás, pero no tiene nada de malo porque significa que evolucionas, que maduras. Y eso es lo que le ocurre a la autora a lo largo del libro. Un libro que además me parece salpicado por la culpa: culpa por no haber hecho lo que tendría que haber hecho o no haber hecho más, por no sentir nada en determinados momentos, por no valorar ciertas cosas... Pero es inevitable porque en muchas ocasiones esas revelaciones sólo se producen "después de", con el paso del tiempo.

"La culpa es el material con el que se fabrica la justifica poética", dice y me parece maravillosa la frase. Como también me gusta mucho el estilo de Aixa de la Cruz, circular, ese que arranca con una cosa, de repente parece desviarse totalmente del tema, pero al final retoma aquello de lo que hablaba al principio y todo lo que te ha contado tiene sentido. Además usa un lenguaje directo, preciso crudo, inteligente... Da la sensación a veces de que el lector se encuentra en su cabeza, siguiendo su hilo de pensamiento, dilucidando cómo encaja cada pieza según vas avanzando y sorprendiéndote al entenderlo todo.

En este puzzle confesional también hay piezas que nos hablan de feminismo. La última parte del libro deja un poco de lado las memorias y salta a la actualidad relatando cómo vivió el caso de La Manada y cómo todo aquello le abrió los ojos sobre algunas cuestiones y sobre sí misma. Porque sí, ser mujer nos condiciona siempre, pero me parece especialmente duro darte cuenta de ello cuando le cuentas una mala experiencia con un hombre a tus amigas y ellas te dan la bienvenida al club. Ya eres una de las nuestras... Ya eres una mujer. Ahora sigue adelante.

Una lectura interesante que te ayuda a ver cicatrices propias reconociéndote en las del otro.

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