Roald Dahl y mis libros de la infancia

 13 de septiembre: Día del chocolate, día del bibliotecario y día de Roald Dahl. 

No puede existir un día más perfecto que uno con libros y chocolate. Además, todo está relacionado porque el Día Mundial de Chocolate nació a raíz del clásico infantil de Roald Dahl "Charlie y la fábrica de chocolate", que ya tiene más de un siglo de vida. No tengo la historia de Willy Wonka en mi estantería, pero sí tengo la de "James y el melocotón gigante" y, por supuesto, mi favorita: "Matilda".

Matilda

"Matilda" es uno de los grandes libros de mi infancia. Lo he leído varias veces y he visto la película otras tantas. Siempre me saca una sonrisa. Una niña, cuyos padres no sienten el más mínimo interés por ella, encuentra su refugio en los libros y acaba despertando un poder en su interior que le ayuda a hacer frente a la terrible señorita Trunchbull, personaje que tiene aterrorizado a todo el colegio. Además, la novela está ilustrada con los maravillosos dibujos de Quentin Blake, ayudando también a convertir la figura de Matilda en un icono. Si no lo habéis leído nunca, estáis tardando.

Roald Dahl no sólo escribió libros infantiles. También fue guionista, se casó con una actriz de Hollywood, Patricia Neal, y en general tuvo una vida tan interesante como la de los protagonistas de sus novelas. Cuando murió su padre fue a vivir con sus tías y se crió en los duros colegios británicos de la época. Al terminar el colegio se fue a África, donde aprendió a pilotar aviones. Hasta que un accidente lo dejó convaleciente durante una larga temporada y ahí empezaron a florecer sus historias.

Al final de la Segunda Guerra Mundial se mudó a Estados Unidos, donde trabajó para el servicio secreto británico. Walt Disney le pidió que escribiera "Los Gremlins", libro sobre una duendecillos a quienes los pilotos atribuían las pequeñas averías mecánicas de sus aviones; y Hitchcock adaptó algunas de sus historias de intriga para adultos. Falleció de una leucemia en 1990, pero no hay duda de que todavía hoy somos muchos los que soñamos con sus historias.


Libros de la infancia

Entre los libros con los que crecí tampoco pueden faltar las historias de "Los Cinco" de Enyd Blyton, que leía cada verano en casa de mi tía. Casi tanto como las historias de Astérix y Obelix. También le tengo un gran cariño a "Como agua para chocolate" de Laura Esquivel, donde la historia de Tita intenta sobrevivir a las tradiciones entre los fogones y las recetas familiares.

"Los escarabajos vuelan al atardecer" de María Gripe es otra novela que conservo de aquellos días, ya de adolescencia. La historia de tres niños que cuidan las plantas en una casa y un día deciden aventurarse a explorarla. En su interior encuentran una extraña partida de ajedrez, un escarabajo y un paquete de cartas del siglo XVIII con una historia de amor. La clásica historia de aventuras y misterio que atraparía a cualquier niño.

Sobra decir que también tengo clásicos como "Momo" de Michael Ende o "Robinson Crusoe" de Daniel Defoe. Incluso guardo una preciosa edición de "Romeo y Julieta", con la biografía de Shakespeare incluida, de la época en la que se estrenó la versión cinematográfica que hizo Baz Luhrmann con el joven Leo DiCaprio como Romeo y que tanto me obsesionaba...


Un libro que perdí entre mudanzas, y me dolió en el alma, es "El guardián de las palabras", que además se convirtió en una película que combina imagen real con animación y protagonizó Macaulay Culkin allá por 1994.

Richard es un niño lleno de miedos que en una noche de tormenta se refugia en una biblioteca buscando un teléfono con el que llamar a sus padres. Pero antes de conseguirlo se resbala con el agua de la lluvia y acaba desmayado. Así es como entra en un colorido mundo en el que, guiado por tres libros parlanchines, superará sus miedos.

Justamente la edición de la foto era la que yo tenía. Esa preciosa portada negra de Círculo de Lectores... Ahora se encuentra alguno en las webs de segunda mano, así que lo tengo en mi lista por si algún día aprieta la nostalgia y me da por comprarlo para volver a tenerlo entre mis manos.




¿Qué libros conserváis o recordáis con cariño de vuestra infancia?



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