"Los dioses analfabetos" de Manuel Espinal

Un padre de familia pierde a su mujer tras una larga enfermedad y decide dejar todo atrás y marcharse con sus hijos a una isla para que crezcan libres de las imposiciones, las rígidas estructuras y la corrupción de la sociedad. Este es el punto de partida de "Los dioses analfabetos" de Manuel Espinal, una novela de 190 páginas que confronta lo animal y lo humano a través de Alasdair Barrie, una apasionado explorador, sus tres hijos y la institutriz de éstos en el siglo XIX.

Manuel Espinal


Además de llamarme la atención cualquier referencia a Escocia, cuando vi la novela me pareció que tenía un planteamiento que podía ser interesante. Sin embargo, me ha costado bastante conectar con la historia y sus personajes. Y a veces su florido lenguaje tampoco ayudaba, provocando que me distrayera o que perdiera el hilo porque me daba la sensación de estar ante un ejercicio de lucimiento del autor.

Digamos que el libro se divide en dos partes. La primera abarca la muerte de la madre y el viaje en barco hacia la isla, una travesía a la que en varias ocasiones no terminaba de encontrarle el sentido, aunque tenga sesudas e interesantes reflexiones sobre la moralidad, etc; y una segunda parte que narra todo lo que ocurrió en la isla, la vida de la familia allí, y las últimas anotaciones del diario que llevaba Alasdair y en el que volcaba sus inquietudes.

Esta segunda mitad ha sido la que me ha enganchado. La vida en la isla, como se puede presagiar, no es idílica, pone a prueba la resistencia de la familia y sus convicciones. Tenemos a un padre que quiere lo mejor para sus hijos, que crezcan gozando de la mayor libertad posible; tres niños que ven la aventura de su padre como un juego, hasta que dejan de verle la gracia; y una institutriz de lo más curioso e inquietante que acaba llevando hasta sus últimas consecuencias la idea de la vida salvaje.

Todos esos valores con los que los cobardes llenan el hueco de Dios no existen. No existen el individuo, ni la justicia, ni la libertad. Sólo existe la lucha. No existe nada que no haya que arrebatar a otros, nada que no se gane con los dientes y con las uñas.

La novela tiene unos conceptos de fondo muy interesantes que recuerdan a grandes clásicos como "El señor de las moscas". Lo constreñido de la sociedad, la libertad de lo salvaje, la necesidad o no de reglas, de lo civilizado, la superioridad humana frente a la animal y el lenguaje/la escritura como el símbolo que nos diferencia... Y dónde está el límite de todo esto si lo llevamos al extremo.

En definitiva, que al final me ha gustado mucho, a pesar de lo que me costó entrar en la historia. Y creo que "Los dioses analfabetos" es un título maravilloso. ¿Qué somos sin el lenguaje, sin la palabra? Como dice Alasdair, debemos dejar algo más que nuestros genes a las futuras generaciones, necesitamos una historia que continuar.





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