"Vestida de corto" de Marie Gauthier o el despertar del deseo

Vestida de corto


Parece que está hecho a propósito tras mi último post, que fue sobre autores franceses, pero prometo que ha sido casualidad... Gracias a la última convocatoria de novela de Babelio recibí en casa "Vestida de corto", primera novela de Marie Gauthier, galardonada además con el Premio Goncourt. 

El libro tiene 120 páginas y está editado por Nórdica Libros en blanco y negro y amarillo, y con una de sus maravillosas fajas de autor que hace que la chica de portada se convierta en sirena. Una elección que me parece muy acertada porque el protagonista de la historia admira a la chica con una fascinación casi de animal fantástico y se siente atraído por ella como por el canto de una sirena...

En "Vestida de corto" Félix tiene 14 años y pasa el verano en un pueblo casi fantasma, viviendo en la casa de un caminero, al que ayuda todas las mañanas, y su hija, Gil. Gil tiene 16 años, cambió el colegio por el supermercado durante el día y por las noches cambia el uniforme de trabajo por el vestido corto y los tacones para salir no se sabe a dónde... "Iba allí donde la deseaban".

Y así se construye un interesante contraste entre la lentitud y pesadez de la casa en pleno verano –y ese pueblo en el que nunca pasa nada– y las entradas y salidas de Gil, que pasa como un ser casi mágico ante los ojos de un fascinado Félix. Él no sabe cómo atraer la atención de la chica y eso cada vez lo inquieta más porque empieza a darse cuenta de qué es lo que hace Gil en sus escapadas... Escapar, escapar de ese lugar dormido y sentir algo...

"Ella deseaba esa livianidad, no pesar nada para, así, evitar que la vieran u oyeran. No ser más que una corriente de aire rubio dorado, sostenida por un par de piernas desnudas y blancas. Félix no sabía dónde se localizaba el deseo en esa criatura. Cuáles eran sus parámetros de clasificación. ¿O era todo un gran desorden?"

Me gusta el estilo de Gauthier. Utiliza frases cortas tan certeras como evocadoras; a veces, casi fotográficas que me han recordado mucho al Sherlock de Benedict Cumberbatch en televisión o al de Robert Downie Jr en el cine: la autora hace radiografías de los personajes, se fija en los detalles de sus gestos y apariencia no sólo para construir una imagen, también para transmitir sensaciones.

Gauthier cumple también con lo que comentaba en el artículo sobre escritores franceses y es que destila elegancia. Repara en gestos como colocarse un mechón de pelo tras la oreja, se recrea en unas finas y blancas piernas o presta atención al encanto que tiene la chica que te gusta comiendo tostadas a la hora de la merienda. Detalles que sólo capta la mirada de alguien enamorado.

Es una novela sobre el paso de la infancia a la adolescencia y el despertar de la sexualidad contada a través de los ojos de ambos jóvenes. Él nos traslada su inocencia, fascinación e incipiente deseo, mientras que ella, con su aire de Lolita aunque sin la perversión del personaje de Nabokov, personifica la curiosidad y la liberación.

Y me ha encantado el final que, por supuesto, no os voy a contar porque tenéis que leer esta historia de amores de verano cargada de tanta inocencia como sensualidad. 


0 comentários

¿Me dejas tu opinión? Gracias