"Ser, estar, escribir", atlas de escritores y lugares

 ¿Hace falta que repita que me encantan los libros sobre libros? "Ser, estar escribir" de Oier Quincoces estaba entre las propuestas de Babelio en su última convocatoria de "Masa Crítica" y no me pude resistir. Editorial Saure está detrás de este librito editado en tapa blanda que, con una biblioteca ilustrando su portada –el mejor lugar para conservar las historias–,  reúne hasta 50 escritores en sus poco más de 100 páginas.

Siguiendo la fórmula de página de texto + ilustración que ya pusieran de moda los "Cuentos para niñas rebeldes", "Ser, estar, escribir" nos invita a recorrer el mundo a través de escritores y lugares: desde la Soria de Machado a la Argentina de Borges, desde Alfonsina Storni a las hermanas Bronte, desde los clásicos rusos a los poetas malditos, desde el Orient Express de Agatha Christie hasta el Eagle & Child Pub en el que se reunían "Los Inklings", el club de Tolkien y C.S. Lewis...

Un viaje por los lugares, reales o imaginarios, que inspiraron a los más variados autores de la literatura universal, incluida la china y japonesa –que es de agradecer una mirada a Oriente–, o en los que surgieron sus grandes obras. Monumentos, cafés, palacios, bibliotecas, museos, hoteles, ciudades enteras... Si, como yo, soñáis con visitar algún día esos lugares que vieron nacer a vuestros autores o historias favoritas, este pequeño atlas podría ser una buena guía para empezar.

¿Otros datos más técnicos que a mi personalmente también me gusta conocer de este tipo de libros? 

Su lectura es sencilla y ágil, es fácil que os lo leáis de una sentada o dos, pero la verdad es que yo he disfrutado "visitando" unos cuantos lugares cada día, sobre todo ahora que lo de la movilidad lo tenemos difícil... La letra es grandecita y sin una gran densidad de texto: 3 ó 4 párrafos por página. Bien es cierto que es muy breve, pero este formato "a pinceladas" es ideal para incitarnos a investigar más. Las ilustraciones de Beatriz Sancho y Garazi Fernández son geniales, en blanco y negro, y muchas de ellas con texto integrado. 

Si os animáis a adentraros en sus páginas, seguro que os pasa como a mi, amantes de los libros, y ya desde el prólogo no podréis dejar de leer porque es toda una invitación a viajar y a disfrutar del recorrido, imaginario o no.