"Cómo me convertí en Hettie Jones" en plena Generación Beat

 

Cómo me convertí en Hettie Jones

"Ser mujer y estar en medio de la escena Beat coartaba. Y si no eras lesbiana o bisexual o alguien con mucho arrojo, no publicabas. Las mujeres de la Generación Beat, o las vinculadas al Black Mountain College, eran fuertes, pero, aparte de estar ocupadas con las tareas domésticas y el cuidado de los hijos, creían más en sus maridos que en sí mismas. Por eso, a menudo eran ellas las que aportaban el salario estable al hogar. El contexto de la época no resultaba propicio para las mujeres creativas. A mi me costó la familia..."

Hettie era una buena chica judía que quería escribir. Empezó como encargada de suscripciones de una revista, después se enamoró, se casó y su familia la repudió porque su marido... era negro. Hettie y LeRoi sólo estaban enamorados y no eran conscientes de lo que su unión suponía en la América de los años 50-60. Pero juntos fundaron la revista Yugen y crearon la editorial Totem Press, y así acabaron metidos de lleno en el corazón de la Generación Beat, formando parte de ella. Trabaron amistad con Allen Ginsberg, Jack Kerouac, Frank O'Hara, Joel Oppenheimer y Charles Olson, a quienes publicaron. El propio LeRoi también quería labrarse un nombre como escritor, crítico musical, músico...

¿Dónde encajaba ahora el sueño de Hettie de ser escritora? Era un mundo de hombres que además vivían en una sociedad que la miraba mal por su relación interracial. Y el sueño parecería alejarse aún más cuando la pareja tuvo hijas. Llegó la segregación, comenzó el movimiento por los derechos civiles...

"Cómo me convertí en Hettie Jones" es la historia de Hettie, pero también es la historia de todas las mujeres que pertenecieron a la generación Beat y que no tuvieron la trascendencia de sus compañeros varones. Eran mujeres que estaban casadas con estos intelectuales y que, en muchos casos, tenían que mantenerlos para apoyar su carrera creativa, quedándose sin oportunidad de desarrollar la propia. Como bien recoge Hettie, entre el trabajo, los hijos y las ocupaciones domésticas, cuando estas mujeres tenían "tiempo para ellas" estaban cansadas como para escribir algo y si lo hacían, no confiaban en que fuera lo suficientemente bueno.

A la propia Hettie le costó mucho salir de ahí. Le ayudaron las cartas que intercambiaba con su amiga Helene y empezó a escribir una especie de diario. Pero se cuestiona constantemente cuál es su identidad, su voz, si está constreñida por su marido o definida por la sociedad. No encaja con los judíos, pero tampoco es negra y no sabe cómo definir a sus hijas en los formularios de familia. Se dedica a corregir los textos y manuscritos tanto de su marido como de otros compañeros preguntándose cuándo le tocará a ella, que ha conseguido una máquina de escribir y se ha hecho una "habitación propia" en un rincón de la casa...


"Él hubiese querido que el mundo escuchase mi voz, y no lo había conseguido, o al menos no en los términos de las posiciones intelectuales (masculinas) imperantes. Le gustaba mi creatividad con la ropa, ¿pero dónde estaba mi lengua?"

He tenido muy presente la famosa frase de Virginia Woolf durante la lectura de "Cómo me convertí en Hettie Jones" porque al final creo que la historia de Hettie, en general, se puede resumir así: la necesidad de un espacio propio para desarrollarse. Al comienzo del libro, Hettie y LeRoi están mano a mano, como iguales, pero según pasa el tiempo, su relación se deteriora en los profesional y personal y esa igualdad empieza a desequilibrarse, dejando a Hettie sin saber cuál es su lugar.

"Comprendo por fin que para mi todo es diferente que para él, incluso la dependencia es un riesgo diferente. Para uno de los dos el trabajo representa esclavitud; para el otro, una garantía de libertad. Se trata de su orgullo de hombre, con todo lo que supone, contra mi libertad de tomarlo o dejarlo. Él tiene muchas posibilidades de ganar, pero yo sólo puedo perder una vez. Y no lo haré".


Mi idea sobre la generación Beat es bastante básica porque ya tenemos suficiente en España con estudiar en el colegio nuestra literatura, parte de la Hispanoamericana y algunos clásicos universales. Es decir, que lo poco que sé se reduce a los nombres que conocemos todos: Keroac, Ginsberg... No conocía a LeRoi James y, por supuesto (desgraciadamente), no tenía ni idea de quien era Hettie Jones ni sabía nada de todas las mujeres que también estuvieron detrás del movimiento.

A veces me he perdido un poco entre tanto nombre... Pero ha sido un viaje muy interesante, una auténtica radiografía de una sociedad de la que aún hoy arrastramos muchos prejuicios y que nos da una idea del lugar de las mujeres en la historia. "Cómo me convertí en Hettie Jones" es una biografía para leer con calma, apreciar sus muchos sentidos y terminar en pie aplaudiendo a Hettie por conseguir salir adelante.


interior del libro


Sobre la edición... 

"Cómo me convertí en Hettie Jones" está editado por Árdora Ediciones, traducido por Marta Sentís y con un prólogo que es una entrevista de Mireia con la autora, una introducción genial a la personalidad de Hettie Jones. La edición tiene un formato bastante cuadradito que me gusta mucho, es cómodo y manejable. Y los capítulos están agrupados según los diferentes lugares en los que residió Hettie: la Calle Morton, la Calle 20 o Cooper Square, donde aún vive hoy en día. El uso de esta estructura me parece un recurso genial para "ilustrar" la importancia e influencia que tiene el lugar, el entorno en la vida de Jones: dónde se desarrollan los límites geográficos de su vida, los lugares en los que se mueve, esos en los que no le está permitido entrar, a los que no se atreve a llegar, el lugar que busca como propio...

Una vida intensa la de Hettie Jones, quien al final consiguió "añadir" a su nombre poeta y ensayista.


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"Cómo me convertí en Hettie Jones" es la biografía de Hettie Jones, poeta y ensayista. Aunque se publicó en los años 90, hasta ahora no se había traducido al español. Tiene 332 páginas, está editada por Árdora Ediciones y la traducción la firma Marta Sentís.

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